martes, setiembre 18, 2007

Teorizar lo abstracto...¿Por qué no hay elefantes rosados que se alimentan de hormigas peludas inteligentes?

Este miércoles 19 de Setiembre se presentará el libro del PhD John Earls: "Introducción a la teoría de los sistemas complejos". Un trabajo que busca integrar el discurso científico en una lengua franca que facilite el diálogo interdisciplinario.

A propósito transcribo un artículo publicado en el "Punto Edu" (Boletín semanal de la PUCP)

Diego Fernández Stöll
John Earls estudió Física en la Universidad de New South Wales en Australia, luego Antropología en la Universidad de Huamanga. Su más reciente publicación, editada por el Instituto de Estudios Ambientales de la PUCP (IDEA), incluye la más convincente explicación de cómo los sistemas generan restricciones que operan desde la formación de galaxias hasta, por ejemplo, la prohibición del incesto.

"Gran parte del problema es la no existencia de una lengua común, de cómo comunicar ideas entre las ciencias, y este fue el primer gran desafío. Cómo saber que están hablando de la misma cosa, porque en cada disciplina las palabras cambian. Está teniendo más éxito modelar complejas situaciones en condiciones de alta incertidumbre, que es como funciona el mundo, que en los modelos lineales, tradicionales, porque se toma en cuenta el azar. Todos los agentes son heterogéneos entre sí, no se componen de grandes promedios, ya que cada uno tiene su modo de ser. Esto no significa que la cosa va a ser puramente caótica. Y bueno, la ciencia del caos es una de las entradas a todo esto: la teoría del caos parte de la complejidad", reflexiona sesudamente el autor.

De lo simple a lo complejo
La aparente simplicidad de un helecho es quizás la mejor forma de acercarnos a la teoría de la complejidad. Como muchas otras figuras que observamos de la naturaleza, esta es imposible de describir mediante geometría euclidiana tradicional. Entes tan disímiles como un brócoli o un copo de nieve presentan los mismos principios de organización a diferentes escalas del sistema, es decir, responden a leyes de potencia o autosimilaridad. Para describir este tipo de figuras, el matemático polaco Benoit Mandelbrot propuso el término "fractal", del latin tractus, "quebrado".

Los fenómenos, que se pueden analizar a partir de un modelo fractal, son tan diversos como las formas de las montañas, el sistema circulatorio, la estructura de las plantas y la bolsa de valores; es decir, prácticamente todo. Al mismo tiempo, el universo parece presentar una organización evolutiva relativamente ordenada, dadas todas las posibles combinaciones que podrían existir. Aquí es donde el autor llega a una pregunta clave: "¿Por qué no hay elefantes rosados que se alimentan de hormigas peludas inteligentes?".

Y es que nuestro universo consiste en nada menos que un sistema complejo autoorganizado, sin fuerzas externas que actúen sobre él. Las restricciones, que este sistema genera al autoorganizarse, se pueden observar en múltiples niveles, tanto en el origen de la vida como en el orígen mismo de la cultura. De esta manera, Earls señala que "hay un montón de problemas en la ciencia que se resisten a un análisis puro y la comprensión mediante la ciencia clásica". La suya es una teoría innovadora que trata de probar que todas las cosas guardan una relación entre sí, pues en el aparente caos, existe un orden oculto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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